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LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (9) VIRTUDES TEOLOGALES.

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1 LAS VIRTUDES EN LA VIDA MORAL (9) VIRTUDES TEOLOGALES

2 INTRODUCCI ÓN Las virtudes morales son el coronamiento de la vida moral natural. Pero Dios ha escogido a los hombres para un fin sobrenatural. Las virtudes humanas a duras penas mueven al hombre a realizar el bien natural en su plenitud. Pero no lo encaminan a la santidad a la que está llamado. Sólo lo puede conseguir con la gracia, que Dios infunde en su alma.

3 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 1812. Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina (cf 2 Pe 1,4). Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen a Dios uno y trino como origen, motivo y objeto.

4 VIRTUDES TEOLOGALES FUNDAMENTO DE LA VIDA CRISTIANA Las virtudes teologales tienen como objeto a Dios mismo. Constituyen la esencia y fundamento de la vida cristiana. Son un don de Dios que eleva las potencias del alma hasta hacerlas penetrar en la intimidad de la vida divina. El cristiano así puede conocer con la certeza de Dios, esperar con la seguridad de Dios y amar con la misma caridad divina. Y lo puede hacer siempre, mientras esas virtudes permanezcan vivas en su alma.

5 VIDEO DE SAN JOSEMARÍA: “PEDIR LA FE A GRITOS”

6 VIDA DE FE DEL CRISTIANO Catecismo, n.1814. La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma. Por la fe “el hombre se entrega entera y libremente a Dios” (Conc. Vat. II, Dei Verbum, 5). Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. “El justo vivirá por la fe” (Rom 1,17). La fe viva “actúa por la caridad” (Gál 5,6).

7 VIDA DE FE DEL CRISTIANO Cristiano es el que vive de fe, de esperanza y de caridad. Esas virtudes hacen posible el despliegue del germen de vida sobrenatural recibido en el Bautismo. La fe es el fundamento y raíz de toda justificación (Conc. de Trento, 1532). Es la primera de las virtudes cristianas. Sin ella no se puede vivir ni la esperanza ni la caridad. Con la fe “nos adherimos a un solo Dios y al que envió, Jesucristo” (cfr. Jn 17, 3).

8 VIDA DE FE DEL CRISTIANO La fe proporciona sobre todo poder llegar a conocer con plenitud la voluntad de Dios, por medio de la perfecta sabiduría y del conocimiento espiritual, de modo que vivamos según el Señor se merece, le agrademos en todo, demos fruto con toda clase de buenas obras y crezcamos en el conocimiento de Dios (cfr. Col 1, 9-10). La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre (Conc. Vat. II, Gaudium et spes, n. 11).

9 VIDA DE FE DEL CRISTIANO La fe la concede Dios a los que le buscan con sincero corazón, procuran rastrear la huellas del Creador en las criaturas y abren el alma a la acción íntima del Espíritu Santo. Pero esa luz divina no saca al cristiano de la vida común de los demás hombres. Y no lo aleja de las preocupaciones y deberes de sus iguales. «Las perfecciones invisibles de Dios, a saber: su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles a la inteligencia, después de la creación del mundo, a través de las cosas creadas» (Rom, 1, 20).

10 ES CRISTO QUE PASA, N. 99 «Seguir a Cristo no significa refugiarse en el templo, encogiéndose de hombros ante el desarrollo de la sociedad, ante los aciertos o las aberraciones de los hombres y de los pueblos. La fe cristiana, al contrario, nos lleva a ver el mundo como creación del Señor, a apreciar, por tanto, todo lo noble y todo lo bello, a reconocer la dignidad de cada persona, hecha a imagen de Dios, y a admirar ese don especialísimo de la libertad, por la que somos dueños de nuestros propios actos y podemos -con la gracia del Cielo- construir nuestro destino eterno». SAN JOSEMARÍA

11 VIDA DE ESPERANZA DEL CRISTIANO Catecismo, n.1817La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Hb 10,23).

12 VIDA DE ESPERANZA DEL CRISTIANO La virtud de la esperanza confirma en la seguridad de “conquistar el premio a que Dios nos llama desde lo alto por Jesucristo” (Flp 3, 14). Únicamente la esperanza confiere a la lucha cristiana aquella tenacidad y firmeza que la fe sola no puede dar. Los cristianos, “en medio de las adversidades de esta vida, hallan fortaleza en la esperanza pensando que los padecimientos del tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que ha de manifestarse en nosotros” (Conc. Vat. II, Apostolicam actuositatem, n. 4).

13 VIDA DE ESPERANZA DEL CRISTIANO «Acrecentemos, en nuestras almas, la virtud de la esperanza, imaginando y deseando −para cuando Dios quiera− el premio eterno. Me podrá quizá decir alguno: ¿no es un poco de egoísmo eso de pensar en el cielo? −No: la esperanza es una gran virtud, que exige una fe recia. Y la fe y la esperanza requieren un amor grande al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Ved cómo así estamos viviendo las tres virtudes teologales. Este es el proceso espiritual que, si sois fieles, hacéis cada día casi sin daros cuenta, como no os dais cuenta de que respiráis» (San Josemaría, Instrucción, mayo 1935, n. 72).

14 VIDA DE AMOR DEL CRISTIANO Catecismo, n.1822La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.

15 VIDA DE AMOR DEL CRISTIANO «Ahora permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y la caridad; pero de las tres, la caridad es la más excelente» (1 Cor 13, 13). Dios es caridad, y quien permanece en la caridad, permanece en Dios, y Dios en él (cfr. Juan 4, 16). La caridad es el motor de la existencia cristiana, la virtud que “rige todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin” (Conc. Vat. II, Lumen Gentium, n. 42). Es la plenitud del orden moral instaurado por Cristo (cfr. Rom. 13, 10).

16 VIDA DE AMOR DEL CRISTIANO Sin la caridad la fe está muerta (cfr. Sant 2, 17). La caridad es la virtud que imprime a la vida cristiana sus rasgos más característicos de alegría, de generosidad, de sencillez, y a la vez de grandeza, como quien ha de buscar su fin amando a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cfr. Mateo 12, 30). Y, siguiendo el ejemplo de Cristo, amando a los hombres, hermanos suyos, destinados a alcanzar el mismo y único fin sobrenatural.

17 VIDA DE AMOR DEL CRISTIANO «Caridad con Dios, y caridad con el prójimo, procurando que sea generosa, sin límites ni cortapisas, con ánimo abierto y comprensivo. Primero, caridad con Dios: la medida que os doy, para amar a Dios, es amarle sin medida. Por amor de Dios, caridad con el prójimo: convivid, disculpad, perdonad. La caridad es el fundamento del ideal cristiano y la más amable virtud de nuestra religión» (San Josemaría, Instrucción, mayo-1935, n. 73).

18 CRECER EN FE, ESPERANZA Y CARIDAD Las virtudes naturales son resultado de la actividad moral libre del hombre, pero las teologales son exclusivamente un don divino. Para acrecentarlas hay que recurrir a los sacramentos y buenas obras. Poner en práctica las virtudes infusas contribuye a su crecimiento. Las virtudes teologales son patrimonio común de los cristianos. Todos los fieles disponen de los medios para alcanzar la meta. Lo único necesario es perseverar, con la ayuda de Dios, en este esfuerzo y en este deseo.

19 CRECER EN FE, ESPERANZA Y CARIDAD Oremos para que los sacerdotes lleven al mundo la luz de la fe, de la esperanza y de la caridad. Para que se queden al pie de la Cruz, para que no abandonen a Jesús. Para que hagan lo que Él les diga, y pidan que aumente su fe. Para que aumente su esperanza, que los inspira a buscar, a actuar, a obrar con caridad, porque por sus obras serán juzgados.

20 CRECER EN FE, ESPERANZA Y CARIDAD Para que permanezcan junto a María, porque les dará la perseverancia y la gracia para que no se cansen de pedir. Porque ¿qué Padre hay que si el hijo le pide pan le da una piedra? Y ¿quién que pida a su padre un pez, le da una culebra? Y para que pidan con fe, que obren con amor y que perseveren con esperanza obedeciendo a la voluntad de Dios.


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