Ciclo C

Hoy Jesús nos da una gran enseñanza para ser buen cristiano o discípulo suyo, a propósito de una pregunta que le hace un doctor de le ley, que no va con buenas intenciones; pero la pregunta para Jesús vale la pena ser respondida..

Dice así la primera parte del evangelio sobre el diálogo entre Jesús y un letrado de la ley. En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?” Él contestó: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.” Él le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida."

Como era un letrado, conocedor de la ley, Jesús simplemente le preguntó qué está en la ley. El letrado respondió correctamente que lo principal era amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo.

Aquel letrado quedaría un poco como en ridículo. Pero él había venido para dejar en ridículo a Jesús. Por eso siguió preguntando. Esta vez creía que la respuesta sería más difícil. Y le dijo a Jesús:

Entonces Jesús le respondió con la grandiosa parábola

Era un hombre que bajaba su camino entre Jerusalén y Jericó. Automático

Por aquel mismo camino pasó un hombre

Y, olvidando los preceptos del Señor, no cuidó de aquel pobre desvalido,

Aquel pobre desangraba sin auxilio, cuando vio que otro hombre se alejaba;

Lo montó con mucho esfuerzo en su caballo,

Cuida, posadero, de él, y lo que gastes de más Hacer CLICK

Aquel letrado sabía mucho de la Ley, pero no había descubierto quién era su prójimo. Resulta que los judíos creían que prójimos (próximos) eran sólo los de la misma nación o la misma religión; pero no los enemigos y los extranjeros, como los samaritanos.

No es lo mismo saber que amar. Hay algunos cristianos que saben recitar hermosas frases y saben muchas oraciones de memoria; pero si no lo ponen por obra con amor, no les vale de nada.

Y no tenemos amor si el prójimo es tratado injustamente y no nos inmutamos, si se muere de hambre o de soledad y no nos conmovemos.

Hace ya bastantes años en un programa de televisión, “objetivo indiscreto o cámara oculta”, a la orilla de una carretera hicieron un simulacro de un aparatoso accidente de coche: uno que parecía muy herido estaba tirado, etc. Una cámara oculta observaba todo.

Pasaron algunos coches lujosos, miraba el conductor o acompañante y apretaban el acelerador para marcharse más deprisa.

Hasta que pasó un cochecito viejo. El conductor paró y se bajó rápidamente acudiendo a socorrer al pobre malherido. Fue entonces cuando salieron los periodistas “ocultos” para felicitar al buen hombre que había tenido tan buen gesto.

El problema está en el amor que se tenga al prójimo. Todos tenemos personas a quienes queremos de verdad. Si un día encontramos “al borde del camino” y ensangrentada a una de esas personas queridas, rápidamente paramos y haremos lo posible para atenderla y cuidarla.

Hoy nos dice Jesús que debemos amar a todos de una manera positiva. También a quien no nos quiere o puede ser enemigo, como solían ser los samaritanos y los judíos.

Ama también a quien no te quiere y al que nunca te perdona. Automático

Ama sobre todo a quien carece de consuelo y de cariño

Ama a la gente que está a tu lado; no la traiciones nunca en la vida.

Ama a la luna y a las estrellas, porque ellas brillan también por amor. Hacer CLICK

Intencionadamente Jesús pone como mal ejemplo lo que hace un sacerdote y un levita, que es un encargado externo del culto en el templo. Es para decirnos que ni siquiera el culto divino, que quizá tienen prisa en realizar, nos debe impedir hacer lo principal, que es ayudar al necesitado.

Jesús enseña una vez más lo que había repetido, siguiendo palabras del Ant. Testamento, que Dios quiere la misericordia mucho más que todos los sacrificios.

Mucho peor es cuando se ponen otras excusas como el negocio, la prisa, la diversión, la comodidad, el dinero. Pero dentro de la religión a veces creemos que es más importante hacer bien las ceremonias o hacer cosas grandiosas, cuando Jesucristo nos dice que lo más importante es el amor.

Recordamos lo que le dijo Jesús a este letrado: “Haz esto y tendrás la vida”. Se trata de la verdadera vida. Hay muchos que creen tener mucha vida, porque están bien en el sentido material y externo. La verdadera vida se tiene cuando se hace el bien de verdad.

Simbólicamente Jesús es el gran samaritano, que ha venido del cielo para aliviarnos a nosotros que estamos caídos y con tantas necesidades. Cristo Jesús que, como nos dice san Pablo en la 2ª lectura, “es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles”. El se hizo de nuestra naturaleza para darnos la verdadera vida.

Jesús nos enseñó que lo principal es el amor; pero uniendo el amor a Dios y el amor al prójimo, de tal manera que, si no lo hubiera proclamado Jesús, seguramente nadie se atrevería a afirmarlo.

Al final de los tiempos se nos juzgará sobre el amor. Entonces se nos dirá que lo hecho con el prójimo es como hecho al mismo Jesucristo. Esa es la principal razón de imitar al buen samaritano.

Prójimo es sobre todo el próximo, el que está cerca. A veces tenemos grandes ideas de ayudar a los lejanos y nos olvidamos de quien tenemos cerca. Hay muchos necesitados. Habrá ocasiones en que sea necesario dar dinero; pero otras veces habrá que dar tiempo, cariño, comprensión. A veces un consejo o un ejemplo.

A veces podremos dar ayudas prácticas en la vida. Quizá también compañía. Y muchas veces nuestra caridad podrá ser efectiva, y seremos buenos samaritanos, dando una sonrisa.

Sal a la calle y regala una sonrisa, porque el mundo precisa un poco más de amor. Automático

Sal a la calle y regala una sonrisa, porque el mundo precisa un poco más de amor.

Hay mucha gente que camina sola, que necesita un poco de ilusión.

Sal a la calle y regala una sonrisa, porque el mundo precisa un poco más de amor.

Sal a la calle y regala una sonrisa, porque el mundo precisa un poco más de amor.

Dale tu mano a los indiferentes; deja la piedra y tírale una flor.

Hay mucha gente que no tiene nada, su compañía sólo es el dolor.

Sal a la calle y regala una sonrisa, porque el mundo precisa un poco más de amor.

María, siempre haciendo el bien a todos, sea nuestro ejemplo en ayudar especialmente al “prójimo”, al que está cerca. AMÉN