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a) El objeto del temor es un mal futuro que puede sobrevenimos. Pero de Dios, que es la suma bondad, no puede sobrevenirnos ningún mal. Luego no puede.

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2 a) El objeto del temor es un mal futuro que puede sobrevenimos. Pero de Dios, que es la suma bondad, no puede sobrevenirnos ningún mal. Luego no puede ni debe ser temido. ¿Es posible que Dios sea temido? A primera vista parece, efectivamente, que Dios no puede ni debe ser temido. Y esto en virtud de dos argumentos muy claros y sencillos:

3 No es posible temer a Dios en cuanto bien supremo y futura bienaventuranza del hombre; en este sentido es objeto únicamente de amor y deseo. b) El temor se opone a la esperanza, como enseñan los filósofos. Pero tenemos suma esperanza en Dios. Luego no podemos temerle a la vez. A pesar de estas dificultades, es cosa clara y evidente que Dios puede y debe ser temido rectamente.

4 A la primera dificultad se responde que la culpa del pecado no viene de Dios como su autor, sino de nosotros mismos, por cuanto nos apartamos de El. El castigo o pena de ese pecado, sí viene de Dios, porque es una pena justa, y, por lo mismo, un bien. Pero Dios es también infinitamente justo, que odia y castiga el pecado del hombre; y, en este sentido, puede y debe ser temido, por cuanto puede infligirnos un mal en castigo de nuestras culpas.

5 La segunda dificultad se desvanece diciendo que en Dios se ha de considerar la justicia, por la que castiga a los pecadores, y la misericordia, por la que nos libra. Con la consideración de su justicia se suscita en nosotros el temor, y con la consideración de su misericordia nos invade la esperanza. Pero el que Dios justamente nos inflija una pena sucede primordialmente por culpa de nuestros pecados: «Dios no hizo la muerte; pero los impíos la trajeron con sus obras y palabras» (Sab 1,13-16).

6 Hay que tener en cuenta, sin embargo, que hay muchas clases de temor, y no todas son perfectas, ni siquiera virtuosas. Pueden distinguirse cuatro clases de temor muy distintos entre sí: De este modo, bajo diversos aspectos, Dios es objeto de esperanza y de temor.

7 3)Temor filial imperfecto. Es aquel temor que evita el pecado porque nos separaría de Dios a quien amamos. 4 ) Temor filial perfecto. Es el propio del hijo amoroso, pendiente de las órdenes del padre, al que no desobedecerá por no disgustarle aunque no le amenazara a él ninguna clase de pena o de castigo. 1) Temor mundano. Es aquel que no vacila en ofender a Dios para evitar un mal temporal. 2) Temor servil. Es el que sirve a su superior por miedo al castigo que, de no hacerlo, podría sobrevenirle.

8 El temor filial imperfecto también entra a formar parte del don de temor porque a medida que crece la caridad, se va purificando hasta perfeccionarse. Según Santo Tomás, sólo el amor filial perfecto entra en el don de temor, porque se funda directamente en la caridad y reverencia hacia Dios como Padre.

9 Naturaleza del don de temor El Don de Temor es un hábito sobrenatural por el cual la persona, bajo el instinto del Espíritu Santo y dominado por un sentimiento reverencial hacia la Majestad de Dios, adquiere una docilidad especial para rechazar el mal, aceptando libremente la Divina Voluntad.

10 Su modo deiforme Bajo la influencia directa del Espíritu de temor surge en el alma un rechazo enérgico del pecado, dictada por la caridad; además, un sentimiento de reverencia para con la infinita grandeza de aquel cuya soberana bondad merece ser el fin supremo de cada uno de nuestros actos.

11 Los dones del Espíritu Santo se relacionan íntimamente entre sí y con todo el conjunto de las virtudes cristianas, ya que unos y otras son inseparables de la caridad sobrenatural, que es la forma de todas las virtudes y dones, el alma de todos ellos. Sin embargo, se relaciona muy especialmente con la esperanza, la templanza, la religión y la humildad. Virtudes Relacionadas

12 Así, el espíritu de temor y la esperanza teologal, el sentido de nuestra debilidad y el de la omnipotencia De Dios, se prestan en nosotros mutuo apoyo. La Esperanza La esperanza induce al alma humana, consciente de su fragilidad y de su miseria, a refugiarse en Dios, cuya omnipotencia misericordiosa es la única que puede librarla de todo mal.

13 Cuanto más débil y miserable se siente uno, cuanto más capaz de todas las caldas, más se acoge a Dios, como se cuelga el niño de los brazos de su padre. El don de temor se convierte así en uno de los más preciosos auxiliares de la esperanza cristiana.

14 Y en este sentido corresponde al don de temor corregir la tendencia más desordenada que el hombre experimenta, reprimiéndola mediante el temor divino, ayudando y reforzando la virtud de la templanza, que es la encargada de moderar aquella tendencia desordenada. La Templanza El don de temor mira principalmente a Dios, haciéndonos evitar cuidadosamente todo cuanto pueda ofenderle, y, en éste sentido, perfecciona la virtud de la esperanza. Pero secundariamente puede mirar a cualquier otra cosa de la que el hombre se aparte para evitar la ofensa de Dios.

15 El culto a la divinidad se llena entonces de ese temor reverencial que experimentan los mismos ángeles ante la majestad de Dios. La Religión Como es sabido, la religión es la virtud encargada de regular el culto debido a la majestad de Dios. Cuando esta virtud es perfeccionada por el don de temor, alcanza su máximo exponente y plena perfección.

16 Si nos fuera dado contemplar la humanidad de Jesús, la veríamos anonadada de reverencia ante el Verbo de Dios, al que estaba unida hipostáticamente, es decir, formando una sola persona divina con El. El modelo supremo de esta reverencia ante la grandeza y majestad de Dios es el mismo Cristo.

17 Pero sólo el don de temor, actuando intensamente en el alma, lleva la humildad a la perfección sublime que admiramos en los santos. La Humildad El contraste infinito entre la grandeza y santidad de Dios y nuestra increíble pequeñez y miseria es el fundamento y la raíz de la humildad cristiana…

18 Un vivo sentimiento de la Grandeza y Majestad de Dios, que las sumerge en una adoración profunda, llena de reverencia y humildad. Un gran desprecio al pecado y un verdadero arrepentimiento de haberlo cometido. Efectos del Don de Temor en las Almas

19 Una vigilancia extrema para evitar las menores ocasiones de ofender a Dios. Desprendimiento perfecto de todo lo creado.

20 De los llamados frutos del Espíritu Santo (Gál 5,22-23), pertenecen al don de temor la modestia, que es una consecuencia de la reverencia del hombre ante la divina majestad, y la continencia y castidad, que se siguen de la moderación y encauce de las pasiones concupiscibles, efecto propio del don de temor. De los frutos del Espíritu Santo

21 Vicio opuesto Al don de temor se opone principalmente la soberbia. Porque el don de temor se fija ante todo en la eminencia y majestad de Dios, ante la cual el hombre, por instinto del Espíritu Santo, siente su propia nada y vileza.

22 Medios para Fomentar este Don Meditar con frecuencia en la infinita Grandeza y Majestad de Dios. Acostumbrarse a tratar a Dios con confianza filial, pero llena de respeto y reverencia.

23 Meditar con frecuencia en la infinita malicia del pecado y concebir un gran horror hacia él.

24 Poner especial cuidado en la mansedumbre y humildad en el trato con el prójimo.

25 Ven Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio para el hombre. Descanso en el trabajo, templanza en las pasiones, alegría en nuestro llanto. Oración

26 Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, enciende nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concede a tus fieles, que en ti confían, tus siete sagrados dones. Premia nuestro esfuerzo, salva nuestras almas, danos la eterna alegría. Amén.

27 http://siembraconmigo.blogspot.com/ Si deseas recibir archivos de Espiritualidad Católica envía un correo a: siembraconmigo@gmail.com con el título “Suscripción a Siembra Amor”. Servicio Gratuito con Fines Educativos


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